domingo, 31 de mayo de 2015

MI profesor de filosofía.


Ahora toca hablar sobre la clase de filosofía, esa clase que no nos importa que llegue, después de alguna asignatura en la cual hemos realizado un esfuerzo considerable, debido a que se realiza de forma tan original y, aunque la palabra filosofía imponga seriedad, en nuestra clase se lleva de forma muy relajada pero a la vez existe una gran concentración para poder recordar todos los ejemplos que nos pone nuestro profesor para explicarnos la materia de una forma más atractiva y amena. Y ahora vamos a hablar sobre esto último, nuestro profesor. Hablar en este blog sobre mi profesor de filosofía va a ser tarea arriesgada, ya que puede que me toque el año que viene de nuevo, así que procuraré no ser muy duro. Al principio del curso, en los primero días, ya parecía un profesor diferente a lo que se tiene concebido como profesor: que llega, imparte su clase, y se va. Ahora ya puedo asegurar que este profesor es todo lo contrario a esa forma de impartir la clase ya que la hace participativa, explica la materia con ejemplos a veces divertidos y muy sencillos para aclararnos cualquier duda, manda actividades voluntarias para ayudarnos a subir la nota (como puede ser este mismo blog o hacer un tuit resumen de la clase todos los jueves), etc. Pero como en toda buena crítica, no todo tiene que ser favorable. No estoy totalmente de acuerdo con alguna de las formas de actuar del profesor, como por ejemplo: su idea de jerarquía dentro del aula, que, aunque realmente sí que exista esa jerarquía, no debería hacerlo ver de manera tan clara. Esa idea de superioridad también la utiliza a la hora de hacernos ver que tiene más conocimientos que los alumnos, que aunque sea cierto, ya que la experiencia y el estudio aportan sabiduría, no resulta simpática. También hace comentarios hacia determinadas aficiones que a él no le gustan pero que a otros alumnos si les gusta y les podría molestar porque los expresa de una forma que puede ser poco tolerante. Aunque esto último no hace cambiar mi opinión: sus clases como cualquier buena experiencia, siempre hay que probarlas.

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